Este Domingo pasado, domingo del Domund, el evangelio proponía una forma de ir por la vida, SIRVIENDO. El que quiera ser grande: Todos podemos tener la tentación del poder. Las palabras de Jesús previenen seriamente contra ello. El que quiera ser grande, que sea el servidor de todos. Los seguidores de Jesús, a diferencia de los grandes de la tierra, no han de buscar dominar y oprimir, sino servir con sencillez.
Es lícito querer triunfar. Los llamados triunfadores aparecen en los medios de comunicación exhibiendo sus riquezas, sus viviendas y su poder. Se convierten en modelos de referencia que invitan a la imitación que mucha gente copia colgando en las redes sociales us paisajes con lujos y éxitos. Para Jesús, triunfar en la vida es salir de uno mismo, ser sensible al dolor de las personas y buscar cómo echar una mano. Servir a los más necesitados proporciona una alegría, una satisfacción y una plenitud a las que estamos invitados a disfrutar. Triunfar en la vida es entregarla por la felicidad de los otros.
Recordamos a los miles de hombres y mujeres que han dejado todo (patria, familia, amigos, comodidades…) para ir en nombre de Jesús a construir el Reino de Dios. Son un modelo de servicio.